Hace unos años tuve un problema a mitad de la noche. Sin teléfono, sin llaves de casa, sin dinero, tenía pocas posibilidades de recurrir a alguien. Pero recordé a mis amigos Cristina y César que, afortunadamente, vivían a dos minutos andando de mi casa. Ambos periodistas -víctimas del ERE de RTVE- habían entrado en mi vida recientemente pero con mucha fuerza. Cristina había sido mi 'madre' en unas piezas teatrales que tuvimos la osadía de representar. César, su pareja, su amor, su vida, era un hombre afable, culto y con muchas ganas de vivir. Los dos me parecieron personas que tenían que incorporar a mi pequeño círculo de amigos por lo mucho que me iban a aportar. Supongo que el susto que les pegué fue mayúsculo. A horas intempestivas tocando el timbre de su casa, nerviosa y requiriendo ayuda, me abrieron la puerta de su hogar. No pasó mucho rato antes de que César, resolutivo, tomara las riendas de mi problema, y ni corto ni perezoso lo solucionara en un periquete. No había duda posible, me encontraba en las mejores manos.
Hace un rato se me atragantó el desayuno con la triste, tristísima, noticia del fallecimiento de César Abeytua a la temprana edad de 64 años. No puedo más que decir que nos ha dejado un tipo fantástico, un hombre que se dejaba la piel en causas justas, que tenía por delante muchos años de vida que, desgraciadamente, un cáncer fulminante ha truncado. Se ha ido un hombre con nietos pequeños que jamás conocerán la inteligencia, la sapiencia y la bondad de su abuelo más que por terceras personas. Se ha ido un hombre que deja a mucha gente triste, a unos hijos a los que en compañía de Cristina, supo criar y educar muy bien. Se ha ido un hombre que deja una mujer enamorada, la suya, a la que le costará seguir adelante sin la luz de su vida. Se ha ido un hombre que deja un mundo un poco peor con su ausencia, que deja luchas emprendidas contra la injusticia sin finalizar de las que, esperemos, alguien tome el relevo. Se ha ido un hombre importante, de los que dejan huella en todos los que le hemos conocido. Aunque estoy triste, me siento afortunada, porque tuve la gran suerte de conocer a César Abeytua. Fue un hombre bueno e inteligente, ¿acaso es posible ser algo mejor?
Al frente de la jefatura de realización de los servicios informativos de TVE durante varios años y fundador del mítico programa 'Días de cine', César recibirá un homenaje póstumo en la pequeña pantalla durante la emisión, el próximo jueves, del programa de cine del que fue fundador. Los que le conocimos y le quisimos estaremos el jueves, a partir de las 23:30, pegados a la tele, en la 2.
Alexandra,
ResponderEliminarQué post tan bello, se nota que fue un gran hombre, digno de admiración.Ojalá hubiera tenido el placer de conocerle. Un abrazo!
¡Gracias, Raquel!
ResponderEliminarprecioso
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