Soy tan enamorada del cine que rara vez me pierdo alguna de las galas de los Goya. Ayer no fue una excepción, y me tragué enterita una ceremonia un tanto larga, con sus más y sus menos, y con figuras de talla internacional como Daniel Bruhl, Salma Hayek, Elena Anaya, Antonio Banderas, Pedro Almodóvar (quien iba con unas sorprendentes gafas de sol que solo se quitó cuando se le acercó Eva Hache) y Melanie Griffith.
Almodóvar con gafas de sol a las diez de la noche |
Eva Hache estuvo bien, aunque yo le hubiera dado más espacio para que pudiera explayarse toda su vis cómica, y quizás un/os guionista/s más ácidos que le hubieran sacado todo su talento. Tras más de doce horas desde la celebración de la gala, prácticamente todo el país sabe, en líneas generales, quien asistió a tan importante cita del cine español. Un cada día más atractivo Antonio Banderas, acompañado de su inseparable y enamoradísima Melanie Griffith, estaba situado en primera fila del Palacio Municipal de Congresos de Madrid. En tan privilegiada situación también se sentaron Pedro Almodóvar, Salma Hayek con su multimillonario marido François Henri-Pinault, José Coronado y Álex de la Iglesia con su joven novia Carolina Bang.
Melanie Griffith siempre mirando con amor a su Antonio |
La emoción vino con Silvia Abascal que, al parecer, aprovechó los Goya para reaparecer tras su convalecencia después de sufrir un ictus el pasado año. Contenta por volver, dio las gracias por el apoyo recibido, aunque en este cometido fue breve y concisa, lo que fue de agradecer. El primer premiado, el actor Lluís Homar -quien, por cierto, tiene unos mal llevados 54 años- se hizo muy pesado en sus agradecimientos, incluso el público le llegó a aplaudir antes de tiempo en un claro intento de que finalizara de una vez por todas.
Lluís Homar, en un momento de su larguísimo discurso |
Uno de los hitos de la noche fue el ridículo discurso del presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, en el que describía la red como algo ajeno al cine, unas palabras que chocaban de plano con el discurso del anterior presidente, Álex de la Iglesia, en la gala del año pasado, en el que el cineasta enfatizaba que "Internet es el presente y el futuro".
Merecidísimos, a mi juicio, los Goya a José Coronado (sería verdad que Banderas no esperaba para nada ganar pues en cuanto anunciaron las candidaturas a mejor actor, el malagueño no dejaba de mirar a Coronado con semblante de buen humor), Elena Anaya -una actriz que me parece de lo mejorcito que ha dado el cine español en décadas-, y a Alberto Iglesias por una banda sonora de hechura perfecta.
José Coronado, que ha sabido interpretar muy bien en anteriores ocasiones a personajes malvados no exentos de atractivo (ver, por ejemplo, 'La Caja 507'), ha conseguido un Goya con un papel que le quita todo su atractivo físico y al que el actor sabe dar a la perfección la esencia de lo que significa ser un alcohólico.
Coronado besando su Goya |
Una emocionada Elena Anaya con su Goya en las manos |
El triunfo de Enrique Urbizu, y de su película 'No habrá paz para los malvados', aun siendo justo, no debería ser el primero. Con 'La Caja 507' ya demostró hace años que es un estupendo cineasta. Justo en esta película, también protagonizada por Coronado, trabajó Goya Toledo, una actriz que, en mi opinión, fue la mejor vestida de la gala de ayer. Tuvo el atino de elegir un modelo de un diseñador que no odia en absoluto a las mujeres, y eso se traduce en unos diseños elegantes y absolutamente glamurosos. Hablo, por supuesto, del libanés Elie Saab.
Goya Toledo, perfecta con un modelo de Elie Saab |
A quien peinó, y casi diría vistió, su peor enemigo fue a Pilar López de Ayala, que 'lucía' un espantoso recogido casi igual de horroroso que el cardado del año pasado.
A la izq, Pilar López de Ayala en los Goya de este año. A la derecha, en la gala del pasado año. |
Otra que, al parecer, quiso destacar y le salió el tiro por la culata fue Belén Rueda -a quien yo suelo encontrar muy mona- que apareció con un terrible peinado ochentero a lo Farrah Fawcett que no le favorecía en absoluto. Leonor Watling tampoco apareció muy agraciada. Con un peinado antiguo y un vestido que le tapaba cualquier atisbo de piel parecía querer emular a la señorita Rottenmeyer. ¡Quizás habrá alguien que este look le 'pone'!
Belén, ¿dónde dejaste a Charlie? |
Leonor Watling, alias Srta. Rottenmeyer |
Magnífica Isabel Coixet con su juego de palabras "Hubiera preferido que 'no hubiera paz para los malvados', pero para algunos sí que la hay" al recoger el premio al mejor largometraje documental por su film 'Escuchando al juez Garzón'.
Por último, yo les diría a los organizadores que para futuras ediciones prescindan de los numeritos musicales. El primero, con Eva Hache cantando (fatal) y varios actores conocidos acompañándole en estas lides fue auténticamente lamentable, a pesar de lo que diga Curro Cañete en su crónica en Vanity Fair. Ni la coreografía de Blanca Li les salvó a todos de caer en el más espantoso de los ridículos. Y el rap liderado por El Langui, por no merecer, no merece ni comentarios.
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