martes, 17 de enero de 2012

Comer y beber en Madrid (bien) por poco dinero

Si alguno de vosotros está al tanto de mi (últimamente) larga cadencia entre post y post del blog, pensará que no hago otra cosa que lo que digo en el título del presente post. Alguna cosa más hago como, por ejemplo, escribir para ganarme la vida, impartir clases con el mismo fin, y alguna que otra actividad en el plano personal.
Anchoas doble cero
Hoy os quiero hablar de un restaurante auténticamente BBB. Bueno, quizás la segunda b no sea muy veraz, pero la primera y la tercera la cumple con creces. Originariamente, Casa Santoña era una empresa familiar dedicada a la preparación de conservas y semiconservas artesanales, con especial mimo a la anchoa. En la actualidad, su entonces principal actividad, se ha visto ampliada con la gestión de seis establecimientos hosteleros. En Madrid capital, tienen dos restaurantes; los cuatro restantes están distribuidos por la sierra madrileña.
Según dicen en Casa Santoña, “tienen las mejores anchoas del mundo”. Según digo yo, no sé si las mejores, pero no creo que haya muchas que les hagan sombra. La anchoa doble cero de Casa Santoña está elaborada con aceite de oliva virgen a partir de una materia prima pescada en el Cantábrico. Las anchoas de esta casa no tienen ni rastro de espinas, y su carne es suave y carnosa, con el punto exacto de salinidad. Un auténtico manjar que viene acompañado de un precio contenido. La ración de la doble cero cuesta 9 euros, un precio irrisorio para un producto de altísima calidad.
Un estupendo
vino de Madrid
En mí última visita tomamos -¡cómo no!- la riquísima ración de anchoas, una ración de gamba blanca a la plancha –producto de muy buena calidad- a un módico precio de 18 euros, unos espárragos para que el vegetal no faltara (6 ó 7 euros), y un corte de Villagodio de unos 300gr a 14 euros que estaba exquisito. Todo el ágape regado con un madrileño Treinta mil maravedíes. El total de la cuenta rondó los sesenta euros entre dos, y os aseguro que nos pusimos las botas. ¡Comimos de excepción! Casa Santoña es absolutamente recomendable.





Salón de Mamá Framboise
La guinda a tan maravillosa comida la puso Mama Framboise, confiterie al más puro estilo parisino de la que ya he hablado en este blog. Un milhojas de crema, una tarta individual de tiramisú (¡espectacular!), un té, un café y un croissant para llevar 9,75 euros. ¿Alguien da más? Eso sí, hay que ir con tiempo pues no suele haber mesa disponible nada más llegar. ¿Qué se le va a hacer? La calidad se hace esperar.

Amplia variedad de tartas gourmet en la deliciosa confiterie
La semana próxima voy a Madrid Fusión con los pies en la tierra. Con el regusto de este festín gastronómico basado en el producto puro y duro, y en la técnica. A ver qué encuentro por allí, pero prometo contar.
Por cierto, en Madrid Fusión estará como ponente Alejandro Montes, el pastelero propietario, junto a otro socio, de Mama Framboise.



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