Casi nunca me toca nada, pero el otro día gané dos plazas para un taller de cocina en Alambique organizado por el Consejo Regulador del Cava. Ayer fue el día señalado y allí fui con mi amiga Rosana. Lo primero, comentar el fantástico trabajo que realizan los de comunicación del Consejo, un equipo de Europa Press que cada vez borda más la promoción del espumoso patrio. Mi conocimiento de ellos, por profesión, viene de lejos. Desde hace un tiempo, el Consejo se está acercando a través de las redes sociales al público en general con ciertas acciones puntuales con el objeto de difundir las bonanzas del cava. Así, con unas visitas a bodegas en el Penedés, unas catas en Madrid y Barcelona, o este taller en Madrid y creo que otro en la Ciudad Condal, el Consejo tiende la mano al público sorteando estas actividades a través de facebook. Esta es mi primera asistencia, aunque me consta que las anteriores iniciativas estuvieron muy bien organizadas y fueron totalmente instructivas, a la par que divertidas, para los asistentes.
En el taller aprendimos a hacer unas ricas y fácilísimas tapas con las que agasajar a los gastrónomos más impenitentes que podamos recibir en casa. Miquel, cocinero catalán afincado en Madrid desde hace unos meses y profesor de Alambique desde entonces, seleccionó las siguientes tapas: tapenade con anchoas, tartar de salmón, sashimi de atún, cigala en tempura con albahaca y brandada de bacalao. El tapenade, consistió en un milhojas que, huyendo del pan, utilizó láminas de de tofu que le iban genial. Gracias a Miquel aprendí la expresión 'saltear al rubio' que para los que no lo sepan, significa saltear de tal manera que no llegue al dorado. Un paso anterior.
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Todos querían fotografiar las tapas, sobre todo Isa y Ana |
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El milhojas de tapenade, armonizado con un rosado espectacular |
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Tartar de salmón |
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Cigala en tempura con albahaca, la tapa que menos me gustó |
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Un sashimi riquísimo |
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Comiendo sashimi |
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La brandada de bacalao |
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Si no hablo y voy de listilla con el cocinero, me muero |
El protagonismo del cava llegó con las explicaciones del sumiller Félix Bonilla. Como la mayoría de los asistentes eran neófitos en el cava, Félix explicó el proceso de elaboración (con una brevedad y síntesis que siempre se agradece). Aunque he visitado bodegas en Sant Sadurní, y he asistido a innumerables catas de cavas y otros espumosos, no soy ninguna experta. Por ello, aunque haya visto y escuchado varias referencias al cava siempre se aprende algo nuevo. Personalmente, me gusta mucho el cava rosado. A lo largo de mi vida he escuchado a un montón de gente quejarse del rosado subido de los cavas, en comparación con el champagne rosé. Pues ayer, gracias a Félix, supe que si se quiere dar un rosa muy pálido a un cava, este tiene que tener en su composición una mayoría de ¡¡uva trepat!! ¡Qué cosas! Para conseguir la tonalidad clarita del champagne rosé, ¡nada como hacer cava con una uva autóctona!
Lo mejor de las tapas: fáciles, ricas, sanas y sin pan.
Lo peor: nada.
Lo mejor del cava: el rosado que catamos. Bueno, ¡bebimos!
Lo peor: al ser un cava envasado por el Consejo, no poder saber de qué marca se trata.
Puntuación de la iniciativa: un 10
Se me hace la boca agua con la brandada de bacalao mmmmmmmm :)
ResponderEliminar¡un saludo!
No te imaginas cómo estaba, José Ramón. Con una textura maravillosa. Un saludo, Alexandra
ResponderEliminarEn Casa Lucio cava + ostras es algo sensacional. Aunque barato no es (a 5 euros la ostra).
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