La periodista Raquel Castillo con Canales, cocinando salmón ecológico irlandés con un decapador de aire caliente |
El día comenzó lluvioso, lo cual no impidió que me acercara a la demostración de cocina, con productos ecológicos de Irlanda, que iba a hacer Fernando Canales (Restaurante Etxanobe). La relación del cocinero vasco con Bord Bia, el organismo público encargado de promocionar los productos de Irlanda en el exterior, viene de lejos. Ya en este blog le dediqué hace un tiempo un post y algún que otro comentario durante las crónicas del pasado salón de Gourmets.
Decir que Canales me parece un crack, es poco. El chef vasco logra, en apenas diez minutos, que aprendas un montón de trucos e ideas para la cocina que, al aplicarlas en casa, dejas a más de uno con la boca abierta. Ameno, divertido, instructivo, súper simpático, Canales se expresa de maravilla y convierte todo en súper fácil.
¡Qué diferencia con Arola! Algo más tarde, me acerqué a la Embajada de Suecia donde el chef catalán 'competía' con cocineros suecos en una especie de duelo con objeto de promocionar productos de Suecia. Sin meterme en comparaciones acerca de su cocina -que ni ahora viene al caso ni yo conozco en profundidad ninguna de las dos-, el ver durante un rato a Arola digamos que aburre hasta a las ovejas. Podría trabajar más sus exposiciones, cierto, pero al final todo se reduce a que le contraten, y al parecer, muchos siguen estando por la labor. ¡No todos tenemos el mismo gusto ni nos divierten las mismas cosas!
Del duelo hispano-sueco la sensación, por lo menos entre las féminas y los gays, la causó, sin ninguna duda, un sueco de nombre Niklas que actuó de maestro de ceremonias. Mi amiga Montse y yo averiguamos que tenía un bar en Chueca llamado, ¡cómo no!, La Sueca, aunque, la alegría pronto se tornó indiferencia al decirnos Andrés Sánchez Magro (sí, ese magistrado de lo mercantil que combina la judicatura con el periodismo gastronómico) que el bar del sueco había cerrado.
Fue en Cilantro donde nos trobamos con Sánchez Magro y su simpático equipo con Rosita la soltera a la cabeza (que no es soltera, según ella misma me aclaro, aunque Sanchez Magro la haya bautizado así por la obra de Lorca). Como el hambre acuciaba y la simple contemplación del sueco no logró engañar al estómago, Montse y yo nos acercamos donde Pepe Gorines a ver qué nos daba de comer. El loco de los chipirones tenía un potaje de garbanzos con chipironcitos que hizo las delicias de Montse, fanática anti carne y adoradora de productos del mar. Por mi parte una gastrohamburguesa, por supuesto, sin pan. Una ensalada de tomate con queso de Parma completó nuestro menú. Al acabar la comida aperecieron por allí los del Gato Gourmet que rodaron en poquito tiempo un encuentro culinario con Gorines (encuentro que se emite justo hoy en Intereconomía Tv).
La llegada de Nacho, el tímido socio de Pepe en Cilantro, nos llevó después a un recorrido, primero, por el mercado de Chamberí: productos buenos, sí, pero con poquita oferta y algo caro. Una cena de aniversario requería una compra de marisco que finalmente conseguimos en el mercado Maravillas, lugar que desde que me lo recomendó hace unos años Ana Roldán, jefa de cocina de D'Fabula, es un habitual de mis compras gastronómicas.
Un vinito en 'El quinto vino', en la calle Hernani, sirvió de broche final para la tarde.
¿Concluyó así mi día? ¡No! Con mi amiga Mónica nos acercamos al lounge Hobbes (Marqués de Viana, 3), un espacio perfecto como afterwork y como primera copa de la noche, donde Aires News hacía un encuentro para prensa. Perfecto pues, así pude plantar un par de besos a María Nájera que cumplía unos pocos e insultantes años.
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