Cuando yo tenía veintiún años, hice un largo viaje por los Estados Unidos, un viaje en el que visité, entre otras, ciudades como Nueva York, Nueva Orleans o Miami. Como podéis imaginar, en aquella época no tenía mucho dinero -aunque más o menos como ahora, ¿para qué engañar?- por lo que la mayor parte de mi alimentación consistía en platos rápidos y económicos. Bien es cierto que en el largo viaje visité buenos restaurantes donde comí la mejor carne de vacuno que he probado en vida, dicho sea de paso, pero el grueso de mi sustento se basaba en hamburguesas, pizzas y comida china. Además de propiciar unas experiencias alucinantes y dejarme en la memoria unos recuerdos extraordinarios, este viaje provocó en mí que en los años venideros no volviera a visitar un templo fast food. Desde entonces, puedo decir sin faltar en absoluto a la verdad que yo jamás como pizza rápida, burgers de cadenas norteamericanas ni comida china fast food. En mi viaje, parte del cual hicimos en coche, descubrí unos locales de comida rápida desconocidos en España, situados al pie de carreteras norteamericanas: los Taco Bell.
Los pseudo tacos que allí vendían me apasionaron, y tengo que reconocer que, durante todos estos años, he guardado en mi memoria un gran recuerdo de su sabor. Durante casi veinte años he recordado los tacos de Taco Bell y ahora, desde hace unos meses, puedo volver a disfrutar de ellos en un Taco Bell situado en un centro comercial cercano a mi casa. Y aunque no voy mucho, a causa de Taco Bell he vuelto a franquear las puertas de un fast food, porque, parafraseando la mítica expresión de Joe E. Bell en Con Faldas y lo loco, 'nadie es perfecto'.
Los pseudo tacos que allí vendían me apasionaron, y tengo que reconocer que, durante todos estos años, he guardado en mi memoria un gran recuerdo de su sabor. Durante casi veinte años he recordado los tacos de Taco Bell y ahora, desde hace unos meses, puedo volver a disfrutar de ellos en un Taco Bell situado en un centro comercial cercano a mi casa. Y aunque no voy mucho, a causa de Taco Bell he vuelto a franquear las puertas de un fast food, porque, parafraseando la mítica expresión de Joe E. Bell en Con Faldas y lo loco, 'nadie es perfecto'.
Hija, de vez en cuando no esta mal "claudicar" en este tipo de comida, yo la verdad es que no soy "forofa" de ella, pero entiendo que la presentan muy atractiva. Un día es un día.......!!!
ResponderEliminarBesos.
Pues ya ves, a mí claudicar me ha llevado veinte años, jaja.
ResponderEliminarPara tacos... los de México!!!! Esos si son tacos (los originales), no se si los hayas probado, pero te aseguro que no te arrepentiras cuando los pruebes.
ResponderEliminarTe envío un cordial saludo desde Chihuahua, Chih. México.
He estado visitando y conociendo los blogs que participan en los Premios 20 blogs. Sin duda tendrás más lectores, pero te deseo mucha suerte y muchos votos para tu blog; aprovecho para invitarte a visitar mi blog que fue creado con la intención de publicar mis artículos semanales de opinión que frecuentemente son censurados por muchos medios de comunicación que son controlados por el gobierno del Estado.
Tristemente Chihuahua se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos del mundo por la ola de violencia generada por el crimen organizado; el periodismo también se ha convertido en uno de los oficios más peligrosos.
Te invito a que conozcas mi blog que participa en la categoría Actualidad; ojalá sea de tu interés y consideres otorgarle tu voto.
http://lablogoteca.20minutos.es/laecita-blog-mi-derecho-a-la-libre-expresion-18859/
Laecita, gracias por tus amables palabras. Sí conozco los tacos mexicanos como los tacos al pastor, aunque no tanto como tú, claro.
ResponderEliminarSé que México está pasando por un momento muy difícil, políticamente hablando y con altísimos niveles de delincuencia manejada por el narco, pero la verdad es que no estoy demasiado informada. Le voy a echar una ojeada a tu blog.
Saludos desde España.