Varias temporadas lleva ya entre nosotros el Real Café Bernabéu pero hasta ayer no tuve ocasión de conocerlo. Resulta bastante curioso verse rodeado por las gradas, encajado dentro del campo Santiago Bernabéu, a la vez que te comes unas tapitas y unos pinchos. Claro que para verlo en todo su esplendor, tendría que acercarme una noche de estas a tomarme una copita. A la oferta del restaurante, se une una variedad de pequeños platos para picar en horario de 12 a 20 horas. Ayer pude probar hasta hartarme esta oferta de pica-pica. En la pequeña carta de picoteo encontramos clásicos como la ensaladilla rusa, el gazpacho, el salmorejo, la tortilla de patatas, el bikini (¡ay, los vocablos catalanes me pierden!), el jamón ibérico o un combinado de nachos, fingers de pollo y de queso. Algunos mejores que otros (todos correctos, nadie va al Real Café Bernabéu en busca de experiencias gastronómicas singulares), desde aquí doy fe que los he tastado todos junto a la dulce y encantadora Jana quien, a pesar de lo menudo de su figura, supo aguantar el tipo y probarlo todo. Recomendaría una cosa a los responsables: somos muchos quienes a la vez que nos tomamos una copa por la noche agradecemos algún que otro bocado que llevarnos a la boca, por ello, por favor, no limiten el horario del picoteo hasta las ocho de la tarde.
Una última cosa, por si las moscas: Visca el Barça!
Una última cosa, por si las moscas: Visca el Barça!
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