viernes, 30 de julio de 2010

Los lugares ocultos


Existen rincones en todas las ciudades que se encuentran ocultos. Estos lugares a veces esconden tal belleza que, cuando los ves, te quedas anonadado. Por ejemplo, en Roma ocurre con ciertos monumentos como la Fontana di Trevi: paseando a través de estrechas callejuelas, al final de una de ellas te encuentras con una fuente tan fastuosa que te parece imposible que se encuentre tan oculta. Ya a un nivel más mundano, alejado del imponente arte italiano, en Barcelona, caminando por la calle Montcada, te puedes pasar de largo la puerta de uno de los establecimientos con más encanto de la Ciudad Condal: el Tèxtil Café, situado en un precioso patio de piedra que por las noches se ambienta con velitas. El miércoles por la noche, en Madrid, conocí uno de estos lugares ocultos que cuando los descubres, te quedas con la boca abierta. Prado 18 es una propuesta de tapas y lounge que como bar abre todo el día y como restaurante informal sólo por la noche. Está situado en el interior del hotel Vincci Soho, en la calle Prado. Durante el verano ocupa el patio interior del hotel, compuesto por tres edificios. Es difícil que caminando por dicha calle a uno se le ocurra, sin saberlo, que dentro del hotel hay una pequeña joya de precios asequibles, ya que este ni se ve ni se insinúa en la fachada. La decoración, sencilla pero moderna, es agradabilísima a la vista; la carta, corta pero con tapas y pinchos muy sabrosos; la oferta de vino, cava y champagne por copas más que correcta, con precios nada prohibitivos (la copa de champagne Piper la tienen a 8,50, IVA incluido), y el servicio, desenfadado pero correcto. Si uno va durante el día, puede tomarse una copa de vino, un aperitivo o un cóctel con o sin alcohol, ahora que están tan demandados y si se quiere comer algo, se puede pedir en horario ininterrumpido platos como una refrescante ensalada, un sandwich club, una hamburguesa de vacuno, o un sandwich mixto (el más caro de estos platos se sirve a 7 euros, IVA incluido). Y por la noche llega lo mejor: una carta de tapas frías y calientes que a más de uno le harán chuparse los dedos. En mi visita probé unas cuantas ya que optamos por pedir el surtido de tapas Soho (29,50 euros/ dos personas)aunque solicité que me cambiaran dos por otras de la carta. Como no me quiero extender, mencionaré las más ricas, aunque es justo remarcar que estaban todas excelentes. El salmorejo, fresco y original, servido con huevas de pescado; la tosta de anchoas de Santoña con tomate restregado; el tomate kumato con provolone caliente; y el albondigón de presa ibérica con bombón de foie y brie fueron los platos que más me entusiasmaron. La mini hamburguesa también me gustó aunque, para mi gusto, estaba demasiado hecha: un poco más jugosa hubiera resultado un delicioso pincho. Alberto Martínez, subdirector del hotel y responsable del restaurante, nos acompañó en la copa de aperitivo explicándonos muy bien las características del lugar (y se quedó corto, omitió decir lo maravilloso que era), y Juan Jiménez nos atendió con paciencia explicándonos cada tapa, sirviéndolas con diligencia y charlando de vinos con nosotros. Mucho éxito a Prado 18: ¡está fenomenal!
Por cierto, en invierno cambian la localización a una sala del hotel, en este caso con ventanas a la calle.
¡Aviso! La foto no le hace justicia: el lugar, delicioso, es mucho más bonito de lo que parece.

jueves, 29 de julio de 2010

Moda para todos: aprende a vestir bien


Como sugiero bajo el nombre de mi blog, este no es sólo un espacio de gastronomía; además también lo es de buena vida. Y dentro de esta última categoria, sin duda, se encuentra la moda. Primero, porque nos viste, y segundo, porque si está bien hecha nos hace mejor de lo que somos. En la red hay de todo, estoy diciendo una obviedad, pero no siempre es fácil encontrar información veraz, o por lo menos transmitida con el corazón. Y corazón es lo que contiene el blog www.tiendaderopa.net, con artículos sinceros sobre lo que se lleva, lo que queda bien, sobre lo que debemos ponernos en las distintas etapas y momentos de la vida, y dónde debemos comprar todo lo que necesitamos. A priori todo esto puede parece baladí, pero si nos pasamos la vida frente al ordenador, trabajando como negros, y apenas nos queda tiempo para la actividad llamada 'ir de compras', no es niguna tontería contar con los francos consejos de www.tiendaropa.net. Detrás de los artículos encontramos la firma de entendidos expertos en moda, quienes nos trasmiten sus trucos y consejos para todo fashion victim que se precie, y nos orientan sobre los lugares que debemos visitar (personal o virtualmente) para hacernos con un buen fondo de armario. Y si no sabéis qué hacer con la ropa que ya puebla vuestro armario, no hay nada mejor que dejarse aconsejar por los expertos de www.tiendaderopa.net: en sus virtuales páginas encontraréis todo sobre las tendencias venideras, las prendas eternas que nunca pasarán de moda o sobre la ropa llamada kit kat, esto es, la que dura lo mismo que un break.

En este blog, muy fácil de navegar, se encuentra un glosario de artículos, una lista con su descripción de las firmas más conocidas, y algunos enlaces de interés. Además en el blog se puede comentar, algo que dota de vida al portal informativo. Está claro que este blog está destinado a ser un cazador de tendencias, nuestro cazador de tendencia, tú cazador de tendecias.

Y como dice Patricia Álvarez, responsable de www.tiendaderopa.net, 'visita nuestra web para darte cuenta de que vestir bien no es sólo cuestión de hacerlo por los pies… sino de hacerlo vía internet'.

El Bernabéu a mis pies

Varias temporadas lleva ya entre nosotros el Real Café Bernabéu pero hasta ayer no tuve ocasión de conocerlo. Resulta bastante curioso verse rodeado por las gradas, encajado dentro del campo Santiago Bernabéu, a la vez que te comes unas tapitas y unos pinchos. Claro que para verlo en todo su esplendor, tendría que acercarme una noche de estas a tomarme una copita. A la oferta del restaurante, se une una variedad de pequeños platos para picar en horario de 12 a 20 horas. Ayer pude probar hasta hartarme esta oferta de pica-pica. En la pequeña carta de picoteo encontramos clásicos como la ensaladilla rusa, el gazpacho, el salmorejo, la tortilla de patatas, el bikini (¡ay, los vocablos catalanes me pierden!), el jamón ibérico o un combinado de nachos, fingers de pollo y de queso. Algunos mejores que otros (todos correctos, nadie va al Real Café Bernabéu en busca de experiencias gastronómicas singulares), desde aquí doy fe que los he tastado todos junto a la dulce y encantadora Jana quien, a pesar de lo menudo de su figura, supo aguantar el tipo y probarlo todo. Recomendaría una cosa a los responsables: somos muchos quienes a la vez que nos tomamos una copa por la noche agradecemos algún que otro bocado que llevarnos a la boca, por ello, por favor, no limiten el horario del picoteo hasta las ocho de la tarde.
Una última cosa, por si las moscas: Visca el Barça!

martes, 27 de julio de 2010

Italia en Madrid


La gastronomía italiana tiene gran variedad, provocada quizás por la mezcolanza cultural de sus distintas regiones, que recordemos, no se unieron como nación italiana hasta mediados del siglo XIX. La italiana es una gastronomía típicamente mediterránea aunque consumida en casi todo el mundo. Su expansión comenzó con las fuertes corrientes migratorias procendentes de Italia a finales del siglo XIX y durante gran parte del siglo XX. Aunque sus mayores representates son la pasta y la pizza, la gastronomía del país transalpino tiene una gran abundancia de platos ricos en aromas y sabores mediterráneos. Uno de los mejores embajadores que tiene Italia en España, gastronómicamente hablando, es el sardo Ignazio Deias, quien con sus cuatro restaurantes en Madrid hace una gran labor ofreciendo lo mejor de la gastronomía de su país. Boccondivino es el más chic de todos ellos: unos cuidadísimos platos, un entorno sobrio y elegante, y un servicio acorde con el nivel del restaurante hacen de este una gran opción si lo que uno quiere degustar es alta cocina transalpina, con especialidades sardas, cómo no. La oferta en la Pizzicheria, justo al lado de su hermano mayor Boccondivino,con quien comparte cocina, es menos elaborada, con especialidades como pizza y pasta de extraordinaria calidad. Una agradable decoración, con fotografías de las más divinas actrices italianas (a destacar una guapísima y joven Gina Lollobrigida)combinada con una cocina asequible, pero absolutamente deliciosa, hacen de Pizzicheria una opción apta para todo tipo de público. Cerca de los anteriores, encontramos Acquafredda, la apuesta más original de Ignazio Deias: un templo de la gastronomía italiana, con productos 100% transalpinos, para comprar o consumir en tienda. Además, en Acquafredda encontramos al fondo del local una auténtica trattoria con módicos precios donde degustar, en un ambiente informal y distentido, las mejores especialidades italianas preparadas en la tienda. Como mi visita a Acquafredda la tengo muy cercana, no puedo más que narrar la experiencia:
La semana pasada fui a comer allí con mi jefa en EsRadio, y amiga fuera de ella, Mabel Minguez. Nunca había estado comiendo en Acquafredda, aunque sí comprando (los tomates secos al sol me vuelven loca, y aquí tienen los mejores). Nuestro menú, sencillo pero sabroso, comenzó con una deliciosa mortadela de Bologna, fínamente cortada. Continuamos, cómo no, con unos estupendos tomates secos al sol en aceite de oliva virgen, y después cada una de nosotras disfrutó de su segundo plato. Mabel pidió una piadina speck e provola affumicata, o lo que es lo mismo, una especie de pizza de masa fina doblada y rellena de speck (ese jamón ahumado típico del norte de Italia) y de queso también ahumado, un plato con una masa excelente pero ligeramente salado por culpa del speck. Lo comentamos con la simpática camarera, incluso tuvimos la osadía de recomendar quizás debía evitarse poner sal a la masa, algo que, según nos dijo, era complicado ya que la masa era la misma para el resto de piadine. Yo opté por una hamburger di fassone con galletta carlofortina e crema di parmigiano, un plato del que no me arrepentí en absoluto dada la calidad de la carne de buey de raza fassone. Un fantástico tiramisú completó un saludable y mediterráneo almuerzo. Como bebida, Mabel con su eterna Coca-Cola, y yo tres copas de un refrescante y veraniego Frascati (¿por qué será que en cuanto a vinos blancos me gustan muchísimo más los italianos que los españoles?). Daniela, la esposa de Deias, nos atendió con discreción y amabilidad, y desde aquí le doy las gracias.
Falta por mencionar Per Bacco!, el cuarto restaurante de Ignazio. Poco puedo decir de este pues nunca he estado, pero conociendo los otros tres estoy segura que también es uno de los grandes.
Un dato para los italianófilos: en Boccondivino y Acquafredda hacen rebajas de verano, pudiendo comer o cenar a la carta en el primero por 29 euros y con rebajas en los vinos de hasta un 40%, y tijeretazo a los precios en el segundo, con un menú de lunes a jueves por la noche de 16 euros, y descuentos en los vinos que van del 30%al 40%, además de ofertas 3x2 en los productos de la tienda. Eso sí, hay que darse prisa pues ambos cierran en agosto.

viernes, 23 de julio de 2010

El lujo es la compañía

A mí me gusta mucho mi trabajo, ¿para qué engañar? Claro que tiene inseguridades, momentos harto difíciles, en ocasiones, pero las ventajas superan en mucho a sus inconvenientes. Tengo la suerte de probar cosas que de no ser periodista raramente conocería. Tengo la suerte de conocer frecuentemente personas nuevas, y aunque no siempre son todas agradables, muchas veces coincides con gente con la que pasas ratos geniales sin apenas conocerte, y esto, te puede suceder todos los días. Ayer fue uno de esos días. Todo comenzó con la cita, acordada el día anterior, con una de las representantes de la agencia de comunicación que lleva estos asuntos a un céntrico hotel de Madrid (y dicho sea de paso, a toda la cadena). El objeto: conocer el restaurante SoMa (C/Goya, 79, telf. 91 436 45 48), situado en el hotel del mismo nombre, propiedad de la cadena Vincci. Llegué al lugar acompañada. En la recepción, una amabilísima señorita nos acompañó al restaurante, situado en la primera planta, en busca de la persona de la agencia. Todo empieza bien, la verdad, cuando la amabilidad supera con creces las propias expectativas. Localizamos enseguida a Irene, nuestra cicerone particular, gracias a Patricia, subdirectora del hotel, quien enseguida nos presentó a Miguel, director del mismo. Estos últimos no tenían planeado acompañarnos en la comida, pero fue tal el buen rollo que se desarrolló entre todos nosotros, que decidieron unirse al almuerzo, que transcurrió en un ambiente de buena conversación, y para qué negarlo, algunas, varias, risas.

La comida, excelente, a cargo de un joven cocinero catalán, Jorge Lacera*, curtido en los fogones de un restaurante familiar, y moldeado en lugares tan emblemáticos como el hotel Urban y el hotel Villareal, bajo la atenta mirada de Joaquín Felipe.



Jorge Lacera nos preparó con mimo y dedicación el menú que, a continuación, transcribo:

Licuado de piña y jengibre, pulpa de hinojo y dorada escabechada, plato armonizado con Aura, D.O. Rueda
Tomate marinado, agar de naranja y vinagreta de anchoa, plato armonizado con Aura, D.O. Rueda
Vieira con mojo picón y velo ibérico, armonizado con Mar de Frades , D.O. Rías Baixas
Escalope de Foie, crumble de pistacho, aire de almendra y emulsión de yogurt, maridado con Rosado chileno Santa Digna de bodegas Torres
Ventresca de atún, piña parrilla y agar de pimientos y tomate asado con granizado de jengibre, armonizado con Rosado chileno Santa Digna de Bodegas Torres
Lomo de avestruz, rúcula salteada con vinagreta de piñones y trufa, acompañado por un excelente Pétalos, mencía 100%, D.O. Bierzo
Helado de chocolate negro, tierra de cookies, aceite de oliva virgen extra y escamas de sal - Dulce Vi de Gel de la casa Gramona

No quisiera enrollarme describiendo platos: basta decir que estaban todos en su punto, elaborados a partir de una materia prima soberbia y con unas presentaciones perfectas.

Desde este blog recomiendo encarecidamente una visita a SoMa, un agradabilísimo y luminoso restaurante, con vistas a la calle Goya: por sus precios (de media, 30 euros), por su personal y por las exquisitas elaboraciones de Jorge Lacera. Y a los que les gusta el ambiente que frecuentan famosos cantantes, guionistas y directores de cine, tomad nota: SoMa es uno de esos lugares que algunos de ellos visitan.

Y volviendo al comienzo de este post, de nuevo proclamo lo mucho que me gusta mi trabajo porque si yo fuera contable, también podría haber ido a SoMa, pero en este caso nunca hubiera compartido mesa con Irene (encantadora y afable), Patricia (deliciosa y discreta) y Miguel (divertido y campechano). Y si fuera contable, Jorge Lacera jamás hubiera salido de su cocina a comentar conmigo los platos.

*Cosas de la vida. Leyendo hoy el currículum de Jorge he podido ver que estudió en el mismo instituto que yo. ¡Qué casualidad!

domingo, 18 de julio de 2010

Lujo estival en la campiña marbellí


El motivo de mi reciente visita a Villa Padierna no fue otro que escribir un artículo sobre el hotel, y sobre su restaurante La Veranda, con el argentino Víctor Taborda al frente de sus fogones. Poco puedo extenderme en este post sin destriparme a mí misma el futuro artículo que todavía queda por escribir, pero sí puedo avanzar mis sensaciones personales sobre la estancia en este hotel 5 estrellas Gran Lujo situado en Marbella. Vaya por delante que no soy periodísta especializada en viajes; si acaso, algo en gastronomía. Desde hace varios años, siempre he comentado a quien quisiera escucharme que el mejor servicio de hotel que yo he conocido es el del Arts en Barcelona. El personal de Villa Padierna, por lo menos, iguala a los encantadores empleados del Arts. ¡Qué cosas en plena campiña marbellí! Casualidades, ninguna. Villa Padierna, propiedad del empresario de la construcción Ricardo Arranz, está gestionado por Ritz Carlton, cadena propietaria, cómo no, del magnífico Arts. Es más, Rivero Delgado, la eficiente catalana directora de Villa Padierna, tuvo el mismo cargo hasta hace bien poco en el hotel de la Vila Olímpica. Está claro que la misma fórmula de eficacia, amabilidad y buena gestión es adecuada en cualquier lugar. Dejando el buen hacer del personal un poco de lado, las instalaciones de Villa Padierna son excelentes. Al gusto marbellí por el lujo, se suma un gran confort, una distribución donde todos los caminos llevan a Roma (en este caso a la enorme piscina del hotel), tres campos de golf, un spa con ocho baños distintos de aroma y vapor, y tres restaurantes donde disfrutar de una grata gastronomía adecuada a cada momento. 'La Loggia', con fantásticas vista al campo de golf, ofrece una cocina de mercado, mediterránea, apta para todos los gustos; 'La Pérgola', el restaurante informal de la piscina, deleita al comensal con una cocina sencilla a base de sandwiches y similar, con raciones, para mi gusto, algo desmesuradas -justo en 'La Pergola' disfruté de uno de los momentos más hilarantes en meses, esto es, una joven becaria recién llegada de una reputada escuela de hostelería suiza sirvió a uno de nuestros acompañantes un café con hielo de 250cc al que previamente ella misma dispensó el azúcar necesario-; por último, 'La Veranda', el restaurante gastronómico que durante un tiempo fue asesorado por Berasategui y que en la actualidad maneja con gran solvencia uno de sus discípulos, el argentino Víctor Taborda.
Una mañana dedicada al golf, deporte que jamás había probado, bordó una estancia de dos días que, sinceramente, valió mucho la pena. Un viaje, en definitiva, con un objetivo laboral pero que no dejé de disfrutar largamente en un plano personal.
Gracias desde aquí a las personas que conocí duante los dos días que pasé en Villa Taborda: Diana Marín, encantadora directora de marketing del hotel; Rivero Delgado, discreta y eficiente directora de este maravilloso lugar; Hendrik “Harro” Rijnders, quien con paciencia infinita se prestó a darnos unas nociones de golf bajo un sol abrasador; el prometedor Víctor Taborda, que encandiló nuestros paladares con un menú degustación que ya quisieran ofrecer muchos chefs consagrados; y la joven Marta, quien ejerció de estupenda Cicerone desde discretísimo plano. Y gracias también a Almudena Pérez-Mínguez, quien hizo este viaje posible.

La nueva China se forjó en Madrid: Lili en China Té

Hay un lugar en Madrid donde conocer una de tantas faces de la nueva China. Este lugar se llama China Té (Santa Hortensia, 60, Madrid), un restaurante dirigido con mano de hierro por la increible Lili, dueña junto a su marido cocinero Paco (nombre españolizado del impronunciable apelativo chino) de un restaurante que huye, en la medida de lo posible, de la típica decoración china y muestra un abanico de platos panasiáticos donde difícil es no encontrar algo a nuestro gusto. China Té ha cumplido ocho años de historia: su emplazamiento (en un barrio de clase media acomodada), su larga carta elaborada a partir de productos de calidad, y su excelente servicio conjugado con su eficaz anfitriona, Lili, han convertido este restaurante en un lugar donde siempre hay gente, a pesar de la crisis. Sus precios, claro está, también tienen mucho que ver: por mucho que nos pongamos las botas, raro es que gastemos más de 25 euros. ¿Y por qué mencionaba al principio de mi post la nueva China? Respuesta fácil: en China, un país donde criminalizan o dan de lado a las mujeres que paren niñas, también surgen mujeres como Lili, que pinchan y cortan en su negocio, y a mucha honra.
El loco de la cocina asiática que me lea, que sepa que gastronómicamente hablando China Té está más que correcto, y si hablamos de precios, es un lugar fenomenal para comer bien y no dejarse la cartera. Y Lili, siempre, siempre, te recordará como cliente. Ello, ¿qué significa? Que vuelvas cuando vuelvas, toda la vida te recordará como tal, algo que notarás al repetir.
Por cierto, el pato laqueado lo hacen fenomenal. Cosas de Paco.

sábado, 3 de julio de 2010

Summer 2010: Avance

Tres días en Catalunya siempre me saben a poco. Cuando llegando por la autopista cruzo el cartel de bienvenida a la comunidad catalana, siempre me embarga la emoción de sentirme en casa. Cada vez que voy recalo una temporada larga en la pequeña ciudad de mi infancia y juventud, Castelldefels, un lugar que, ahora, con los años he aprendido a valorar. Recuerdo muchas veces con nostalgia la primera parte de mi vida transcurrida en Castelldefels, un lugar donde todavía tendría amigos si no se hubiera ido la mayoría a vivir a otros lugares del mundo. No obstante, sin apenas amigos, también disfruto de una de las mayores bondades que me ofrece el lugar, esto es, una inmensa playa, nada masificada, donde tomar largas sesiones de sol y baños en el mar. Este año he tenido una avanzadilla catalana y he pasado tres días junto al mar, con primer baño, tres días en los que he disfrutado de la playa y de las maravillosas pizzas y empanadas de mis tíos Jorge y Rosario, dueños de una pequeñísima pizzeria de nombre El Hornero (C/ Agustina de Aragón, 93), situada en Vistalegre, un barrio obrero y de emigrantes andaluces de Castelldefels. Sobre todo las empanadas, al estilo uruguayo, son un manjar que no por sencillo resulta menos delicioso. ¡Ay, los sabores de la infancia!