Imaginad que siendo muy jóvenes decidís marcharos a Estados Unidos en busca de éxito y fortuna. Una vez allí, todos los sueños que teníais se hacen realidad: lográis un trabajo que es la envidia de cualquiera, el dinero os llueve a espuertas, os codéais con los artistas músicales más famosos del mundo, y estáis rodeados de las mujeres más atractivas que podáis soñar. La vida os sonrie aunque no hayáis cumplido los treinta. En los años americanos, lleváis una carrera como productor musical de gran éxito, trabajando para Televisa o Sky, pero un buen día, de repente, lo dejáis todo y marcháis a una isla remota en Kenia para ayudar a un puñado de niños de la calle. El cambio tiene un detonante, claro. A saber: os invitan a una boda en Kenia y allí tenéis la mala suerte (o buena, según se mire) de contraer la malaria y ser tratado en un hospital de allí. La realidad keniata os abre los ojos: vuestro mundo de lujo y esplendor, con el que ya no estábais muy contento, mostraba ya sus síntomas de clara decadencia. De vuelta a Occidente decidís dejarlo todo: el trabajo, varias de vuestras posesiones (sólo os quedáis con un apartamento en Madrid con inquilino) y regresáis a la isla de Lamu decido a levantar de la nada un casa de acogida para niños. Pronto descubrís que en Kenia el 10% de la población, es decir, cuatro millones de personas son niños que están solos. Aproximadamente, dos millones y medio de ellos son huérfanos del SIDA, una enfermedad que sigue castigando de forma implacable a millones de africanos; el millón y medio restante son niños abandonados o que han huído de sus casas hartos de sufrir en su propia carne abusos sexuales por parte de sus familiares. Comenzáis atendiendo a diez niños aunque, con el paso de los años (exactamente ocho), lográis dar cobertura a unos 250 niños, cien de ellos en regimen de alojamiento, ayudado por unas 70 personas que forman el personal local. El primer año de vuestra aventura africana acogéis a tres niñas de la calle que, en la actualidad, están en Nairobi estudiando en la universidad. ¡Menuda satisfacción! Por supuesto, sus estudios los sigue pagando ANIDAN, es decir, vuestra organización (así es como la habéis llamado). Vuestra gestión de ANIDAN es impecable. Y sin buscarlo, hasta os ofrecen trabajo en otra ONG, esta muy famosa, y os ofrecen dirigir su delegación en un país de Oriente Próximo con un sueldo de 6.000 euros al mes. Por supuesto, lo rechazáis: sois felices en Lamu, y además, os avergonzaría cobrar este dineral trabajando en una ONG. Recientemente, habéis sido padres: un precioso bebé medio español medio keniata que crecerá en Kenia, conociendo la realidad del mundo de primera mano, pero con la grandísima suerte de haber nacido en vuestro hogar.
¿Os imagináis esta vida que os he contado? Esta vida existe y se llama Rafael Selas, un hombre al que tuve la suerte de conocer hace un tiempo en España. Y ahora Rafa está en Madrid, visitando a su familia y amigos. Y los amigos, como siempre, intentan echar una mano a Rafa para conseguir fondos que continúen ayudando a sufragar la encomiable labor que lleva a cabo en Kenia.
Muchos pensaréis que, con la que está cayendo, no es momento de preocuparse de los que están más lejos. No creo que eso sea así: sólo hay que pensar en el efecto mariposa (si una mariposa agita hoy con su aleteo el aire de Pekín,este hecho puede modificar el clima de Nueva York el mes que viene), además, el dinero que podemos invertir en ayudar estos niños es un insignificante tanto por ciento de lo que nos gastamos en cosas supérfluas. Pero yo no he escrito este post para pedir dinero a nadie. Yo sólo pretendía contar una historia e informar de un estupendo concierto a favor de ANIDAN y de la Fundación Pablo Horstmann (el hospital pediátrico de Lamu que atiende a unos cien niños diariamente, también iniciativa de Rafa Selas y unos médicos españoles). ¿Os gusta la música clásica? No os lo podéis perder.
ACORDES SOLIDARIOS
Con Ara Malikian Ensemble, el Coro del Colegio Ntra. Sra. de las Maravillas, el pianista Duncan Gifford, el tenor Aquiles Machado y la soprano Pilar Jurado.
Domingo 13 de junio
12 a 14:30h
Teatro Monumental de Madrid
ENTRADAS: patio de butacas 20€ y entresuelo: 18€
El importe íntegro de las entradas es para ANIDAN y la Fundación Pablo Horstsmann
Teléfono 902 150 025
Web: www.ticketmaster.es
Tiendas: Halcón Viajes, Carrefour y FNAC
Además, el sábado 12 y el mismo domingo 13, en las taquillas del propio Teatro Monumental
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