Si hace unos días desde este blog prediqué lo poco que me gustó Le Cabrera, el gastrobar montado recientemente por Sergi Arola y Diego Cabrera, la impresión que me llevé la pasada semana de Estado Puro, otro gastrobar de una de las estrellas de la cocina madrileña como es Paco Roncero, fue bastante más positiva. De entrada, el local es mucho más agradable: amplio, con grandes ventanales que dan a la plaza de Neptuno (no la busquen por ese nombre los no madrileños en ninguna guía; sólo es posible encontrarla por su verdadera denominación, esto es, plaza Cánovas del Castillo), una decoración un tanto folclórica con gran profusión de peinetas, y un precio bastante más ajustado que el del mencionado Le Cabrera. No obstante, para poder valorar más y mejor Estado Puro prontó lo visitaré a mi aire y no como tuve ocasión de disfrutarlo, esto es, en una comida de prensa degustando un curioso menú maridado con scotch con la excepción de un plato que estaba armonizado con el guatemalteco ron Zacapa. Iba con más curiosidad que otra cosa, con ganas sobre todo de probar las tapas de Roncero, pero con la seguridad de disfrutar más bien poco de los sorbos de whiskies premium, dado el escaso aprecio que le tengo a esta bebida. El almuerzo comenzó con unos mejillones en escabeche algo insípidos aunque magníficamente presentados en una lata y unos boquerones en vinagre extremedamente deliciosos, con el punto justo de acidez, armonizados con whisky Talisker, producido en una isla escocesa, entorno que le da un aroma a la bebida un tanto salino que marida a la perfección con alimentos del mar. Después llegó la excepción: un untuoso foie con pan de especias armonizado con ron Zacapa, un ron guatemalteco dotado durante cuatro años seguidos de la distinción de mejor ron del mundo durante la Semana Caribeña. Ojo a este ron: excelente para tomar bien frío, mirando el mar, al Caribe si se puede. Una presa ibérica cocinada con reducción de Cardhu y acompañada por este mismo scotch siguió al dulce ron. La presa ibérica adolecía del mismo mal que los mejillones: a pesar de ser jugosa y tierna podría decirse que era bastante sosa. Después vino lo mejor: unas sabrosas croquetas de cabrales y una intensa y deliciosa tosta de cebolleta tierna con roquefort acompañadas de whisky Lagavulin dieron el do de pecho a un almuerzo hasta entonces sin encantar. El whisky Lagavulin armonizaba a la perfección con la fuerza de los alimentos, con el perfume de los quesos tan magníficamente utilizados. Lástima que no pude probar el postre, lamentablemente me tuve que marchar.
Estado Puro
Plaza de Cánovas del Castillo, 4. Tel. 91 330 24 00.
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