Estamos en plena época de torrijas. En cualquier pastelería que se precie se vende este dulce que hace las delicias de los más golosos. También es fácil encontrar pan para torrijas, un pan que se elabora a partir de harina refinada, con mucha miga, para que la torrija quede bien esponjosa. La torrija es un plato altamente calórico y que infla rápidamente, no en vano sus creadores la inventaron para llenarse en época de Cuaresma y así sustituir el poder saciante de la carne, en aquellos tiempos en los que los preceptos cristianos eran de obligado cumplimiento. Hoy en día, católico o no, es innegable la tradición de comer torrijas en los días previos a la Semana Santa. Los más glotones o los niños quizás las prefieran de leche, pero el gastrónomo de paladar refinado disfruta mucho saboreando una menos dulzona torrija de vino. Si se quiere degustar fuera de casa, no hay mejor lugar en Madrid que la castiza taberna El Anciano Rey de los Vinos. Y para acompañar la torrija, su tradicional vinito dulce de Tomelloso.
Ahora que pronto llegará el buen tiempo, también es momento de disfrutar de la espectacular terraza del Anciano, con vistas a la catedral de la Almudena y el Palacio Real.
El Anciano Rey de los Vinos
C/ Bailén, 19,
Madrid
Cierra los martes
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